La joven conquistó al jurado con su torrente de voz · Cruzado se alzó con el segundo galardón y Molina obtuvo el terceroSonia León, la joven cantaora de Calañas, se alzó con el primer premio del quinto concurso de Fandangos Villa de Rociana. Durante la actuación, en el Mesón El Puente, la joven navegó con solvencia y sabiduría entre los seis fandangos que exigían las bases, dos del Alosno, dos de Huelva y dos del resto de la provincia. Su actuación cautivó a un jurado que se rindió ante el torrente de su voz.
La triunfadora en términos generales fue la voz femenina, que copó todos los premios de la noche. Tras la estela de la campeona le siguió Mari Ángeles Cruzado de Moguer, que dominó el escenario con su voz de alta escuela, con su elegancia para marcar los temas y una voz embriagada de pétalos de rosa incluso a la hora de alcanzar las notas altas. En tercera posición quedó la onubense Helga Molina, que rivalizó en todo momento con sus predecesoras en la clasificación. Sus armas fueron la pulcritud de su voz, los quejíos valientes y la personalidad inconfundible de su timbre de voz.
La decisión del jurado sembró una enorme controversia dentro del público, un hecho que refrendó el excelso nivel demostrado en la cita condal. Según el jurado cinco de los finalistas se disputaron el premio solo separados por medio punto de diferencia, lo que generó un intenso debate en un jurado integrado por Ildefonso Pinto, Diego Sánchez y Eduardo Garrocha.
Lo cierto es que el favor del público se decantó por dos artistas que encandilaron la noche. Si bien estos se quedaron sin recompensa a efectos de clasificación y, por ende, de los premios económicos, en contrapartida lograron poner en pie al público y arrancar sus más encendidos aplausos. La primera en liza fue la joven moguereña Pilar Bogado. A pesar de su juventud, de su boca enardecieron fandangos llenos de valentía, expulsados con una fuerza que hizo dudar que su timbre sea fruto de sus cuerdas vocales. A todo ello cabe sumar el alma que puso en su interpretación, más sorpresiva si cabe en una niña que aún no tiene edad de conocer la profundidad que atesora unos versos narrados a golpe de quejío.
El otro gran triunfador de la noche, a ojos del público, fue el bollullero Manuel Jesús Albarrán, cuya interpretación recordó y calcó al mítico Paco Toronjo. Su voz rota, su fuerza, su estilo inconfundible y su quejío más sentido fueron magistralmente interpretados por el cantaor onubense, si bien el jurado castigó el hecho de que los seis fandangos que regaló al público no se desmarcasen del estilo de Paco. Aún así, fue una delicia para los presentes revivir en directo la voz que mejor representa este cante.
Fuente: Huelva Información (11 de Agosto, 2009)
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