El regreso artístico del rocianero se traduce en trazos de color desbordados, realismo de corte clásico, bodegones, etcéteral horario de visita La exposición de Antonio Muñoz estará abierta hasta el 31 de octubre en la Casa de la Cultura Odón Betanzos de Rociana del Condado en horario de 18:00 a 21:00.
Antonio Muñoz vuelve a conquistar Rociana. Trazos de color desbordados, realismo de corte clásico, bodegones que destilan belleza por doquier y paisajes de ensueño en los que uno siempre anheló perderse.
Así se define la nueva exposición del pintor en su regreso artístico al municipio que le vio nacer. Siete años de silencio público en los que sus obras dejaron de ver la luz y que ahora regresan para vestir las paredes de la Casa de la Cultura Odón Betanzos.
No obstante, desde que la jubilación llamó a su puerta y le extendió un cheque en blanco en forma de tiempo, el estudio se ha convertido en su segundo hogar y su labor creativa, en el alimento espiritual, por cuanto no es de extrañar que asegure que de forma indefectible está obligado a acudir cada día a brindar unos trazos al lienzo. Ahora que las obligaciones laborales no son coercitivas para las musas, la productividad se ha visto disparada como demuestra el hecho de que la exposición se encuentre integrada por más de medio centenar de obras.
En ellas el artista local nos deleita, una vez más, con un realismo sin concesiones a la galería o prostituida en favor de intereses efectivitas. Muñoz reclama en cada trazo la sobriedad de la belleza que tiene frente así y únicamente en base a ésta comienza a tejer el crisol de colores que irán dando forma a sus obras.
Aunque fiel a este estilo y al oleo sobre lienzo, cada cuadro es una experiencia sin igual, un poema en los paisajes, donde la bohemia se deja entrever en los paisajes de la Sierra; retratos desnudos de piel y sentimientos, o en bodegones que calcan milimétricamente la realidad. Aunque Muñoz no ha adquirido la técnica en una Universidad, un simple análisis a su pintura desde un punto de vista erudito nos demuestra que la ejecución no le desmerece y que el talento siempre se impone a los conceptos prefijados. De este modo, sus trabajos nos permiten admirar el uso del color, la recreación del agua en los riachuelos o las trasparencias del cristal en sus bodegones que revelan el conocimiento o, como muchos en síntesis definen, el don artístico. Sus pinturas trasmiten y Rociana vuelve a disfrutar del genio creativo de uno de sus mejores pintores.
Fuente: Huelva Información (14 de Octubre, 2009)
Antonio Muñoz vuelve a conquistar Rociana. Trazos de color desbordados, realismo de corte clásico, bodegones que destilan belleza por doquier y paisajes de ensueño en los que uno siempre anheló perderse.
Así se define la nueva exposición del pintor en su regreso artístico al municipio que le vio nacer. Siete años de silencio público en los que sus obras dejaron de ver la luz y que ahora regresan para vestir las paredes de la Casa de la Cultura Odón Betanzos.
No obstante, desde que la jubilación llamó a su puerta y le extendió un cheque en blanco en forma de tiempo, el estudio se ha convertido en su segundo hogar y su labor creativa, en el alimento espiritual, por cuanto no es de extrañar que asegure que de forma indefectible está obligado a acudir cada día a brindar unos trazos al lienzo. Ahora que las obligaciones laborales no son coercitivas para las musas, la productividad se ha visto disparada como demuestra el hecho de que la exposición se encuentre integrada por más de medio centenar de obras.
En ellas el artista local nos deleita, una vez más, con un realismo sin concesiones a la galería o prostituida en favor de intereses efectivitas. Muñoz reclama en cada trazo la sobriedad de la belleza que tiene frente así y únicamente en base a ésta comienza a tejer el crisol de colores que irán dando forma a sus obras.
Aunque fiel a este estilo y al oleo sobre lienzo, cada cuadro es una experiencia sin igual, un poema en los paisajes, donde la bohemia se deja entrever en los paisajes de la Sierra; retratos desnudos de piel y sentimientos, o en bodegones que calcan milimétricamente la realidad. Aunque Muñoz no ha adquirido la técnica en una Universidad, un simple análisis a su pintura desde un punto de vista erudito nos demuestra que la ejecución no le desmerece y que el talento siempre se impone a los conceptos prefijados. De este modo, sus trabajos nos permiten admirar el uso del color, la recreación del agua en los riachuelos o las trasparencias del cristal en sus bodegones que revelan el conocimiento o, como muchos en síntesis definen, el don artístico. Sus pinturas trasmiten y Rociana vuelve a disfrutar del genio creativo de uno de sus mejores pintores.
Fuente: Huelva Información (14 de Octubre, 2009)
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