De ese viaje de ida y vuelta; de maletas que se hacen y se deshacen en busca de un futuro; de la condición de emigrante de tu familia; de ese viaje a Alemania… ¿queda un punto presente en tu arte, en tu forma de ser?
Con sólo dos años regresé a Huelva, Rociana. Fue una estancia muy corta para mí, pero sí que es cierto que queda el respeto por otras culturas, por los demás, el saber escuchar.. aspectos que también me han inculcado mis padres con su educación. Quedan las vivencias familiares.
¿En qué momento de su infancia llega el ‘rapto’ del flamenco?
Mi amor por este arte comenzó desde muy pequeña. Vivo flamenco desde que nací. Mi padre es muy aficionado a este estilo; mi abuelo era de Utrera y la esencia de sus gentes también han estado muy presente. El flamenco se ha vivido en primera persona en mi casa. Ya con seis años participé en un concurso organizado en mi pueblo por las fiestas patronales. Era un juego en el que me divertía. Me sentía feliz. De ahí, marché al concurso de la Peña Flamenca de La Orden y con toda mi sorpresa lo gané dos veces. Un grato recuerdo, al igual que el mano a mano con El Cabrero en Tharsis. Son postales del pasado, pero lo verdaderamente importante reside en el trabajo diario y en la virtud de llegar y mantenerse, que es lo más difícil.
Y cuando la niña Regina se hace mayor…
Se da cuenta de que el flamenco es su vida, es su pasión. A parte de tener otra vida personal, descubre que el flamenco es lo que más le gusta. Me siento muy feliz cantando e intento que los demás lo pasen al menos como yo encima de un escenario.
Regina desciende del tablao. Se marcha a la intimidad de su hogar. ¿Qué suena en esos momentos?
Escucho flamenco en mis momentos de tranquilidad. No siempre, pero en estos instantes íntimos me gusta escuchar por ejemplo a Camarón, que fue un artista visionario. Cualquier disco suyo suena aún actual. Además, siempre se aprende algo. Un detalle, un giro… en cada audición se descubre nuevos aspectos.
¿Para un artista existen palos predilectos?
Un cantaor debe defender lo mejor posible todo aquello que ha aprendido, al igual que lo que le queda por aprender. Sentirte cómodo en todos los palos. Sí es cierto que me siento muy identificada con las seguirillas, me gustan mucho; al igual que el cante por Huelva, que me apasiona.
Este primer trabajo se compone de nueve temas, en el que puedes encontrar seguirillas, fandangos y cantes más rítmicos como tangos, alegrías, guahiras… Lleva un equilibrio entre el flamenco más actual y vanguardista, y el más ortodoxo y clásico. Está teniendo una gran aceptación y repercusión. La verdad es que estoy muy contenta.
¿Cuál es el siguiente paso?
Presentar el disco en las distintas provincias andaluzas; después tocará Madrid, Barcelona, Ávila y Zamora. A raíz de ahí, seguir aprendiendo y ponerte las pilas todos los días.
Las peñas, tanto significado en una sola palabra…
Son muy importantes. El cantaor donde se hace paso a paso e inicia su trayectoria es en las peñas flamencas. Adoro cantar en estos lugares porque existe un silencio especial, aquel que radica en el entendimiento de los profesionales, de los aficionados al flamenco… En este marco te ofrecen sabios consejos. No sólo tienen que existir, sino que deben recibir el apoyo de las autoridades porque aquí radica la raíz del flamenco. Soy peñista y seguiré siendo peñista.
Sin embargo, los focos del gran público ya no apuntan hacia su labor. ¿Están un poco olvidadas?Sobre todo para ese gran público del que hablas, pero también por la burocracia. Aún así siguen estando vivas. Y el mejor ejemplo está en mi actuación del día 9 de octubre en el Gran Teatro, porque la oportunidad me la da el Ayuntamiento con la colaboración de la Peña Flamenca de Huelva. Siempre están ahí para la gente que lo necesitan, por eso las autoridades deberían esforzarse cuando necesitan su ayuda, así como los cantaores que ya tienen un cierto estatus.
Regina es…
Mi estilo no lo sabría definir. Es personal, autóctono, bebido de escuchar flamenco desde muy pequeña, con artistas como Tomás Pavón, Camarón y los actuales Carmen Linares, Enrique Morente, Miguel Poveda… Es, en definitiva, saborear las fuentes más antiguas como Naranjito de Triana, que también fue un gran defensor del flamenco y otros grandes como Antonio Mairena. En fin, un amplio abanico de autores para conocer todos los colores de este arte y su raíz. Después cada artista le da un giro distinto respetando siempre la esencia y el duende. Es fundamental tener tu propia personalidad y que la gente te identifique a la hora de escucharte.
Cantaora de raíces profundas…
Sí, claro. Mi principal inspiración y mi pasión es el flamenco.
Fuente: Gesticulando.com (08 de Octubre, 2009)
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