Alájar, Ayamonte y Rociana vivieron ayer una de las jornadas más importantes de sus fiestas patronales, con la procesión de la Reina de los Ángeles, la Virgen de las Angustias y la Virgen del Socorro, respectivamente.
En Rociana, la pasión que procesa el pueblo a su Patrona Coronada, la Virgen del Socorro, escapa a las palabras o los estereotipos de fervor mariano.
La devoción que le destilan sus ciudadanos se evidencia en infinidad de estampas de fe atemporales que se suceden en su ermita, en la soledad de su templo y el más absorto silencio en el que se le confían sus plegarias y se le procesan sus piropos. No obstante, este fluir de sentimientos cobra su máxima expresión y belleza plástica en la magnánima procesión del ocho de septiembre, día en el que el pueblo amanece con su traje de gala y traslada estos sentimientos, que se mantiene en la parcela personal de cada uno, exportándolo a las calles.
En los días previos a la función principal y dentro de los cultos religiosos se ha celebrado la novena y la imposición de medallas a los hermanos, así como la presentación de los niños a la Santísima Virgen, si bien la jornada cumbre aconteció el lunes a las once de la mañana con la emotiva y solemne función principal, presidida por el párroco Antonio Cepeda y concelebrada los sacerdotes del Condado.
Cuando los rayos de sol comenzaron a cerrar sus ojos, concretamente a las 21:30, la patrona asomó de la Parroquia San Bartolomé Apóstol, donde la imagen duerme desde su traslado el 14 de agosto. Mecida por sus hermanos y con el acompañamiento musical de la Banda de Cornetas y Tambores y Banda de Música de Nuestra Señora de Consolación de Huelva, la imagen procesionó por las calles del municipio frente a la mirada de miles de personas que acompañaron a la imagen en todo su recorrido por una espesa urbe atestada de fieles y devotos.
Fuente: Huelva Información (09 de Septiembre, 2009)
En Rociana, la pasión que procesa el pueblo a su Patrona Coronada, la Virgen del Socorro, escapa a las palabras o los estereotipos de fervor mariano.
La devoción que le destilan sus ciudadanos se evidencia en infinidad de estampas de fe atemporales que se suceden en su ermita, en la soledad de su templo y el más absorto silencio en el que se le confían sus plegarias y se le procesan sus piropos. No obstante, este fluir de sentimientos cobra su máxima expresión y belleza plástica en la magnánima procesión del ocho de septiembre, día en el que el pueblo amanece con su traje de gala y traslada estos sentimientos, que se mantiene en la parcela personal de cada uno, exportándolo a las calles.
En los días previos a la función principal y dentro de los cultos religiosos se ha celebrado la novena y la imposición de medallas a los hermanos, así como la presentación de los niños a la Santísima Virgen, si bien la jornada cumbre aconteció el lunes a las once de la mañana con la emotiva y solemne función principal, presidida por el párroco Antonio Cepeda y concelebrada los sacerdotes del Condado.
Cuando los rayos de sol comenzaron a cerrar sus ojos, concretamente a las 21:30, la patrona asomó de la Parroquia San Bartolomé Apóstol, donde la imagen duerme desde su traslado el 14 de agosto. Mecida por sus hermanos y con el acompañamiento musical de la Banda de Cornetas y Tambores y Banda de Música de Nuestra Señora de Consolación de Huelva, la imagen procesionó por las calles del municipio frente a la mirada de miles de personas que acompañaron a la imagen en todo su recorrido por una espesa urbe atestada de fieles y devotos.
Fuente: Huelva Información (09 de Septiembre, 2009)
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