El retraso en la construcción favorece la entrada de detritus y contaminantes en la reserva
Cuatro años después de finalizar el proyecto del Plan Doñana 2005 con el que se pretendía, entre otros objetivos, poner coto a los vertidos de aguas residuales sin depurar que alcanzan el Parque, la realidad es que la situación se mantendrá, al menos, hasta el próximo verano.
El retraso en la construcción de las depuradoras que habrían de poner fin a esta situación no tiene parangón. No es de extrañar por ello que la Administración no se atreva a fijar una fecha que ponga fin a este despropósito medioambiental, si bien fuentes próximas a la empresa que construye la planta de Bollullos fijan entre la primavera y el verano de 2010 el momento en que dicha planta se encontrará operativa. Los retrasos se han extrapolado a otras infraestructuras, entre ellas el Arroyo Cerrada, que habría de canalizar todas las aguas fluviales y residuales, y cuyo periodo de finalización se encontraba programado para 2005.
La Delegación de Medio Ambiente en Huelva no se ha escondido en ambigüedades a la hora de dar la razón a las denuncias de colectivos como Ecologistas en Acción, si bien ha justificado estos retrasos por los cambios de proyecto. Primero se diseñó una depuradora de lagunaje pero esta técnica de depuración es bastante deficiente, no cumple con los criterios que fija la Unesco y genera malos olores, lo que obligó entonces a iniciar un nuevo proyecto.
Una vez redactado éste, el ministerio de Medio Ambiente adjudicó en 2006 la construcción de las depuradoras de Almonte-Rociana y de Bollullos, declarándolas de interés general del Estado. La Agencia Andaluza del Agua (AAA) también considera sendas infraestructuras prioritarias.
Fuente: Diario de Sevilla (18 de Octubre, 2009)
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