
Euribor, IPC, el precio del barril de petróleo, el coste de las materias primas... Factores todos ellos que atañen y afectan de forma directa al bolsillo de los españoles. Datos, a su vez, que los economistas cotejan para medir de forma fehaciente la salud monetaria del país. No obstante, la población de a pie tiene otro medio igualmente fidedigno para constatar cuán honda es la crisis que nos ha tocado vivir y las secuelas que ese conjunto de indicadores económicos tendrán en nuestras cuentas.
Este termómetro no es otro que las ferias y fiestas patronales que se celebran en cada uno de los 79 municipios que componen la provincia, lo que sirve para constatar la capacidad de gasto de los ciudadanos y si éste ha sido un año pródigo en beneficios económicos.
Las ferias que hasta la fecha se han venido celebrando en el Condado ponen en evidencia una lectura muy negra que habla del empobrecimiento del poder adquisitivo de los españoles y cuyos primeros damnificados en estas fiestas están siendo las empresas de catering y todos los sectores económicos que con ella se mueven como los distribuidores de bebidas, carniceros, pescaderos, camareros, autónomos y un largo etcétera de empresas auxiliares.
Esta obligatoriedad en la contención del gasto ha derivado en que el plato de jamón, el marisco y otras exquisiteces culinarias tan ampliamente consumidas en estas fechas hayan sido desplazados por el lomo, los pinchitos, hamburguesas o aliños, los cuales ha ganado ampliamente la partida en el escalafón de prioridades. Platos económicos que se han convertido en las estrellas de las cartas de las casetas y que, indudablemente, han reducido los beneficios para las empresas de catering que prestan sus servicios en Feria.

Así las cosas la necesidad parece haber obligado al ciudadano a lo que comúnmente se denomina apretarse el cinturón. No obstante, a este planteamiento aun no parecen haber llegado las corporaciones locales que continúan engordando los presupuestos en materia de festejos en un porcentaje cercano al IPC. Concretamente María José Pérez, concejala de Festejos del Ayuntamiento de Almonte señala que la inversión para el presente ejercicio ha sido sensiblemente superior y tan sólo en las actuaciones musicales y espectáculos "la factura ha rondado los 100.000 euros", a lo que habría que sumar otros gastos paralelos como la instalación del alumbrado, seguridad en los conciertos etc, aunque estas últimas partidas económicas no pueden ser cuantificables debido a que se suscriben dentro de "un paquete anual que incluye la prestación de estos mismo servicios en otras épocas del año como navidad". Con respecto a la afluencia de personas la edil almonteña reconoce que esta se ha visto "sensiblemente reducida", si bien descarta que en ello subyazca la crisis económica. La edil señala otros factores sociales para justificar esta menor presencia en el recinto ferial, como el hecho de que "los ciudadanos aprovechen estas fechas para irse de vacaciones o para realizar algún viaje", apostilla.
En Rociana del Condado el presupuesto también ha sufrido un ligero ascenso, mientras que en La Palma del Condado el presupuesto para las fiestas de la vendimia se mantendrá "casi" impertérrito y cercano a los 150.000 euros, tal como confirma la concejala de Festejos, Rocío Teba, quien argumenta que la inversión en este concepto será cercana a la de pasados ejercicios.

Precisamente y extraoficialmente casi sin distinción del color político la mayor parte de los concejales de Festejos se quejan del desmesurado caché de los artistas que, "por el mero hecho de vender dos discos, ya te piden cantidades desmesuradas y claramente prohibitivas". Estas mismas fuentes sostienen que tienen claro que si la obligación lo requiriere este sería el primer lugar donde aplicarían la 'tijera' para recortar gastos.
Fuente: Huelva Información (31 de Agosto, 2008)
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