martes, 9 de septiembre de 2008

Adena pide que se establezca un techo para los regadíos en Doñana

La organización es partidaria de asegurar el uso sostenible del acuífero antes que el trasvase.

Los agobios de Doñana no son solo viarios. Adena lleva varios años analizando el impacto de los cultivos intensivos, la fresa entre ellos, en la comarca. Y según la asociación ecologista, uno de los principales impactos es la ocupación de zonas forestales, cortando pinares, en muchos casos públicos. Y todo ello sin los permisos apropiados.
Según los cálculos ecologistas, la ocupación por cultivos freseros de espacios protegidos por la Directiva de Hábitats, en la zona de las cabeceras de los arroyos de La Rocina y el Estero de Domingo Rubio (Almonte, Bonares, Lucena, Moguer, Palos y Rociana) es de 449 hectáreas. De ellas, 4,48 en el Estero de Domingo Rubio; 278, en la Laguna de Palos y las Madres; 103 en la Dehesa del Estero y Montes de Moguer y otras 66 en Doñana Norte y Oeste.
Adena advierte que "ya sea con campos legales o ilegales, la ordenación territorial de los cultivos de regadíos en Doñana es prácticamente inexistente.
La Asociación conservacionista explica en un documento al que ha tenido acceso esta Redacción que "esto ha llevado a una situación de regadío/monte que pasa por la fragmentación de los hábitats que rodean las áreas protegidas, cortando los corrales naturales por los que se mueve la fauna". A juicio de Adena, estos impactos "comprometen el mantenimiento de la biodiversidad de Doñana a largo plazo y amenazan la conservación del lince. Para conectar unos espacios con otros, los ecologistas insisten en conectar Doñana con el río Tinto y el Arroyo Candón a través de la zona de monte y agricultura al noroeste de los parques Nacional y natural y apoyándose en cauces y montes públicos mediante tres corredores: La Rocina, La Cañada-Vaquerizas y Estero Domingo Rubio.
Los ecologistas entienden que se debe finalizar el proceso de reordenación del espacio agrario en el área fresera de forma inmediata para lo que considera necesario "trasladar las fincas agrícolas que están situadas en las zonas de mayor valor ecológico a otras menos sensibles ambientalmente, con mejor comunicación, recuperando los espacios liberados y fijando un techo para los regadíos en Doñana e impidiendo nuevas ocupaciones". "Se trata de asegurar el uso sostenible del acuífero 27 sin necesidad de traer agua superficial desde la Cuenca Hidrográfica del Guadiana hasta el Guadalquivir".

Fuente: Huelva Información (1 de Septiembre, 2008)

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