jueves, 5 de noviembre de 2009

OPINIÓN: El lado oscuro

Nos habíamos reunido en la fosa común del cementerio de Rociana, donde no reposan, más de cien cadáveres de las ejecuciones fascistas del 36. Fueron los jóvenes socialistas venidos de la toda provincia de Huelva quienes nos convocaron a unas jornadas de memoria histórica. El interés de la llamada de los jóvenes no era otro que conocer más y mejor los sucesos de aquellos trágicos días; discernir y reflexionar con los últimos testigos vivos de esa negra página de la historia de nuestras tierras.
No resultó placentero para los más viejos volver a los recuerdos. Se le acumulaban las evocaciones de un tiempo que hubiesen querido no vivir. Las presencias, aun latentes, de sus vivencias,- como quien rebobina una vieja película-, eran asaltadas por una emoción incontenible. Antonio, que esto no vuelva a ocurrir, me decían, aquí se quedó la flor y la nata de una generación que sólo pretendió una existencia mejor, abandonar la pobreza, la supervivencia sujeta a los caciques, la desnutrición de sus hijos, la explotación del hombre como animales. Está en vuestras manos el no retorno a la desigualdad, a la falta de libertad, que nunca más se tenga que callar a un hombre con un tiro. Quien esto me decía tenía 91 años y su cara ajada por el sufrimiento y las horas de sol a sol en los campos. Le brillaban los ojos al mismo tiempo que le temblaban las manos. Allí, en el Pino Gordo, los mataban, aquí, en una parihuelas los trasladaban y sepultaban, unos encimas de los otros echándoles cal encima.
No olvidéis a esta generación de valientes que sin nada vinieron al mundo y se los llevaron acribillados por la barbarie y la sin razón. La libertad que hoy disfrutamos se la debemos a ellos.
Acordaos de las palabras de Pablo Iglesias: “La miseria social, el envilecimiento intelectual y la dependencia política de la clase asalariada, no tienen más origen que la sujeción económica de los obreros a la clase capitalista. Querer buscar en otra parte la causa y la explicación de los males de los desheredados es apartarse del camino de la verdad”. Nunca más ese lado oscuro. Y se marchó con sus memorias a cuestas.

Fuente: Antonio Ramírez Almanza - Odiel Información (04 de Noviembre, 2009)

No hay comentarios: