jueves, 5 de noviembre de 2009

OPINIÓN: Aramburu o la luz en su tiempo


Alfonso Aramburu Terrades, arquitecto y creador. Medalla de Huelva, tiene en puertas una nueva muestra pictórica, que como bien dice el artista “estará dedicada como obra benéfica a Manos Unidas y Cáritas”. Alfonso ya está inmerso en la preparación de la referida muestra, y en este sentido perfila los últimos flecos. Aramburu o la luz en su tiempo, asiste al milagro de la vida en cada quebranto del alba, siempre que hablamos me lo recalca; ama y crea, y se recrea en su Huelva del alma. Creación a cada instante-no somos dioses pequeños, diría yo en uno de mis libros, es el Hacedor –el que se empequeñece en nosotros.
Aramburu genializa esa luz que le acompaña y que adora. Me dice: “Juan Bautista hemos sobrepasado la luz de este verano, que tengamos fuerzas para asistir a la del que viene”. Aramburu crea y se recrea con la luz en su tiempo, elaborando con su arte esas vivencias y duendes que se gestan en los vericuetos del cerebro. El artista tiene a Huelva, la lleva, y la llevó siempre en su matinal paseo antes del café, antes de morir hace dos veranos su amiga más fiel, Pichi, su inseparable perrita blanca, que falleció a los catorce años, y que me confiesa, le ha dejado “un vacío enorme”. Paseo en diagonal que separa su casa de la Plaza de las Monjas, su plaza, de vuelos anárquicos de palomas, del madrugador sibilar constante del tordo o de la mirla, o del gato huidizo con restos de hamburguesa.
Alfonso Aramburu crea casi sin quererlo con la luz en su tiempo, en un esfuerzo poco común por tratar de detenerla, como latido de vida, a golpe de cada instante artístico. Este genial artista de Huelva, amigo donde los haya, visita de tarde en tarde la redacción de Odiel Información, y en una de las tempranas visitas, ve a Nuria García, esa guapísima y morena fotógrafa de Rociana que ya no está en el periódico, hermana de la cantante Regina. ¿Qué viste en la joven mujer Alfonso?. ¿su mirada?. ¿su cauta sonrisa?.
Aramburu, delante del veterano periodista Juan José Maestre, testigo ocular, en un folio le hizo un boceto a Nuria en décimas de segundo. Nuria se llevó en boceto guardado con celo en su corazón. Aramburu vive el milagro de la vida y la apoya en el amor, le saca partida con su luminosidad a todo aquello que parezca pequeño o insignificante. Vive, se aferra con ese otro milagro de la vida que es el amor, cimientes de esa nueva civilización que profetizó Odón Betanzos Palacios.
Y Alfonso desparrama ese amor con suma sencillez y llana solidaridad, colaborando con las ONG, realizando exposiciones benéficas, como la próxima de Caja Rural, regalando arte por los cuatro costados. Toda una versatilidad la que desprende en diversidades la filosofía Arambuniana. Alfonso Aramburu en un encanto como persona, todo en si deduce enseñanzas, personales, sin ningún tipo de plagio. Alfonso Aramburu es uno grande de Huelva, que ha quedado como las carabelas, varado en su orilla, pero siempre aferrado a la constante de la luz en su tiempo, algo que solo suele ofrecer la vida, su vida.

Fuente: Juan Bautista Mojarro - Odiel Información (04 de Noviembre, 2009)

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