sábado, 28 de noviembre de 2009

La sequía y la bajada del acuífero 27 provocan el acopio de agua de riego



El alcalde de Rociana dice que si la lluvia no llega se podría desconectar a las poblaciones del sistema hídrico de Doñana · El II PDS advierte que la actividad agraria supera la capacidad de recarga freática

La sequía acelera sin pausa la bajada del acuífero 27 que nutre Doñana y afecta (salinización) a la calidad de sus aguas, que abastecen a la mayoría de los grandes municipios del Condado, entre ellos Rociana, Bollullos, Almonte e Hinojos. Aunque las poblaciones solamente consumen unos 4,5 hectómetros cúbicos y la agricultura supera con creces los 50, la situación que padece la Reserva de la Biosfera y el temor a que se establezca un paralelismo entre lo que ocurre en las Tablas de Daimiel provoca continuos movimientos entre las administraciones. El miedo a la falta de recursos hídricos suficientes para los campos impulsa en la zona el acopio y aprovisionamiento de agua, cada vez más palpable.

El alcalde de Rociana, Amaro Huelva, acaba de utilizar la radio municipal para desvelar una noticia de gran alcance: si las precipitaciones no hacen acto de presencia, y parece que así será a corto plazo, las poblaciones que captan sus aguas del acuífero 27 "tendrán que dejar de hacerlo y recibirla desde la planta de tratamiento de La Palma del Condado".

Huelva confesó en las ondas locales rocianeras lo que todo el mundo dice en voz baja, que "el acuífero está esquilmado", por lo que no descartó el alcalde, que también es vicepresidente de la Mancomunidad de Aguas del Condado, que "en ciernes, las poblaciones tengan que beber íntegramente del líquido elemento suministrado desde La Palma", es decir utilizar el agua superficial.

El portavoz del equipo de Gobierno almonteño, José Villa, advirtió por su parte que en períodos secos como el actual el pantano del Corumbel, con poca capacidad, tampoco ofrece garantías para el suministro, por lo que vería muy difícil prescindir de las aguas subterráneas para el suministro humano de la zona.

El caso es que las tensiones no dejan de aflorar en la comarca cuyo sustento principal sigue siendo la agricultura.

El reciente hallazgo en Almonte de una enorme balsa de riego con una capacidad de 200.000 metros cúbicos, equivalente a un consumo de 3.500 personas durante todo un año, deja al descubierto la aparición de un nuevo fenómeno, el acopio y almacenamiento de agua. Una especie de estraperlo hídrico que se ve acelerado tanto por la sequía como por la sensación de agotamiento que trasciende de la real situación de la capa freática, cada vez más débil y con más de mil pozos ilegales, algunos de ellos de hasta 180 metros de profundidad.

La detección de la balsa ilegal ha llevado a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta a anunciar que caerá sobre los presuntos infractores "la máxima sanción posible".

También el Ayuntamiento de Almonte ha decidido abrir un expediente que probablemente concluya con la retirada de la concesión municipal del terreno al tiempo que presentará una denuncia administrativa y llevará el asunto a la Fiscalía de Huelva.

El Ayuntamiento almonteño lamentó que haya personas que "quieren hacer un uso privado de un bien público como es el agua del subsuelo de Doñana".

El diagnóstico del nuevo Plan de Desarrollo Sostenible de Doñana (II PDS) reconoce que el recurso hídrico constituye el principal factor condicionante para el desarrollo socioeconómico y para el mantenimiento de los valores naturales y ambientales existentes.

El documento advierte que "las afecciones a Doñana se centran en dos aspectos: disputa por el uso del agua y contaminación" y detecta que "la competencia por el uso del líquido elemento está protagonizada por la positiva evolución de las actividades agrícolas".

La tendencia actual, según el II PDS, sigue siendo el incremento de las actividades agrarias que "superan la capacidad de carga del acuífero" y hay que tener en cuenta que estos recursos son, a su vez, imprescindibles como sostén de los ecosistemas naturales.

Aunque con mucha menor cuantía, la previsión es que los núcleos urbanos situados en el ámbito de Doñana sigan al alza en su crecimiento urbanístico, lo que "contribuirá a incrementar el déficit hídrico, sin una adecuada garantía de obtención de recursos superficiales".

La conclusión a la que llega el PDS es clara: "La relación global entre los recursos disponibles y las demandas demuestran que el mantenimiento de los distintos usos existentes no es posible sin una reestructuración de los aprovechamientos y de la organización de las asignaciones de uso del agua que proporcione un mejor marco de seguridad para el funcionamiento de los procesos naturales y para la mejor gestión de las explotaciones agrarias y su modernización".

El panorama de la contaminación futura a causa de las actividades agrícolas tampoco es halagüeño. Dando por hecho que la agricultura consume ingentes cantidades de fertilizantes y pesticidas y aunque "todavía no está determinado su grado de incidencia, es probable que los productos químicos utilizados puedan afectar a los ecosistemas naturales por la contaminación difusa derivada de la filtración del acuífero".

El repaso realista que hace el nuevo documento no se olvida de destacar la existencia de núcleos (Almonte, Bollullos o Rociana) que "aún vierten sus aguas residuales a los cauces de los ríos sin depurar o los vertidos de los residuos del aliño de la aceituna, aunque están en marcha las medidas para su resolución".

La preocupación ha llegado hasta la Fiscalía de Huelva, que tiene sobre la mesa un informe sobre los usos ilegales del suelo y del agua desde el año 2003 hasta hoy. La investigación tendrá que determinar los posibles delitos cometidos relacionados con la ocupación ilegal del suelo y las extracciones ilegales del acuífero Almonte-Marismas.

Fuente: Huelva Información (25 de Noviembre, 2009)

No hay comentarios: