Ecologistas en Acción lanzó ayer la voz de alarma sobre la calidad de las aguas que llegan a Doñana. Según la organización, las aguas residuales de Almonte y Bollullos Par del Condado están alcanzando las marismas del Espacio Natural Doñana a través del arroyo del Partido. Ninguno de los dos municipios del Condado cuenta pese a su elevada población con una depuración de aguas correcta y según los ecologistas esta falta de tratamiento está afectando a las marismas de Doñana, ya que buena parte del agua que llega en verano a ellas está contaminada con aguas residuales. Frente a ello, el Ayuntamiento de Almonte asevera que las aguas residuales no se vierten al arroyo del Partido, sino a otro del municipio, y cuentan con una depuración primaria que, sin ser la adecuada, limpia las aguas antes de verterlas.
Según los ecologistas, la contaminación de este arroyo es evidente cuando se cruza la carretera de Almonte a El Rocío, donde "se pueden observar grandes manchas de espumas, aguas de color negruzco y el olor pestilente característicos de las aguas residuales sin depurar". La organización recuerda que el aporte de éste y otros arroyos es de vital importancia para garantizar un mínimo de humedad en la marisma, paliando en parte la falta de aportaciones desde el acuífero a causa de las explotaciones agrícolas de fresas y arándanos en el norte del Rocío, la de los Hatos para arroz en la marisma de Aznalcázar y las extracciones para el uso de la población estival de Matalascañas. Está sobreexplotación de los recursos hídricos en un espacio tan dependiente del agua dulce está generando "efectos ecológicos graves al estar desecando un gran número de lagunas peridunares, que son el hábitat de numerosas especies y el refugio de acuáticas cuando la marisma se acaba secando en el verano", aseguran.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Almonte niega que se esté vertiendo al arroyo del Partido. El Consistorio señala que sí cuenta con una depuradora por decantación, que no es la exigida por la normativa pero que trata las aguas residuales de Almonte y Bollullos antes de verterlas. Y además, asegura la concejal de Medio Ambiente Azucena León, "el agua ya depurada no va al arroyo del Partido, sino que se vierte a otro arroyo que está más al Oeste del municipio".
La falta de depuración de las aguas residuales de estos pueblos es un problema antiguo. Según la directiva europea de tratamiento de aguas residuales urbanas, los municipios de más de 15.000 habitantes deberían haber contado con un tratamiento secundario para estas aguas antes del 31 de diciembre del año 2000 (caso de Almonte) y aquellos pueblos de entre 10.000 y 15.000 habitantes deberían haber tenido este sistema de depuración antes del 31 de diciembre de 2005 (Bollullos). Es decir, que ninguna de estas dos localidades cumple la directiva, al igual que otras muchas en el país; España ya fue denunciada por la aplicación incorrecta de esta normativa europea.
Y el Ayuntamiento de Almonte ya ha sufrido alguna sanción por no depurar correctamente sus aguas, por ser este servicio una competencia municipal. En este sentido, León asegura que la misma Administración que ha estado retrasando la construcción de la nueva depuradora (antes la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y ahora la Agencia Andaluza del Agua) ha sido la que ha interpuesto las sanciones. Ahora, después de años de espera, la Junta de Andalucía está construyendo una estación de tratamiento para Almonte y Rociana y otra para Bollullos.
Fuente: Huelva Información (4 de Junio, 2009)
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