No hace muchos días que ha trasladado el fotógrafo Francisco Naranjo, desde la campiña de Huelva a tierras de Cuba, su exposición de fotografías Hombres del Campo, que recoge, con fuerza de rasgos y naturaleza primitiva los primeros planos de la indumentaria que aún mantienen los agricultores de Rociana en nuestra zona del Condado.
El clima continental de las tierras llanas onubenses, cálido en verano y frío en los meses de invierno, ha hecho perdurar en el tiempo unas características singulares en la vestimenta de los campesinos que, en la parte de su cabeza como protección ante las inclemencias del tiempo, -tanto para el frío como para el calor,- utilizan una especie de pañuelo grande llamado "pañolón de hierbas". Doblado en su mitad se coloca en la cabeza atado al cuello con un nudo. Es de color grisáceo y blanco en formación de cuadros pequeños. Hoy, casi en desuso está derivando, por cuestiones estéticas, hacia las celebraciones festivas, utilizándose mas por parte de los romeros o peregrinos de las romerías en las festividades religiosas, pero colocados al cuello o a la cintura.
Los agricultores que aún lo utilizan, como muy bien muestra la exposición de Francisco Naranjo, cubren su cabeza con este pañuelo y a su vez con la llamada gorra, elaboradas de tela y corta visera.
Casi sin dudas, este atuendo de protección de la parte superior del cuerpo, tiene su origen y reminiscencia en los vestidos que nos dejaron la presencia árabe en Andalucía. Vistos de una manera aislada, sin conocer su procedencia, y dado los rasgos arabiandaluces en la tez que aún mantienen los pobladores de estas tierras, se diferencian poco de aquellos que podamos observar por el norte de África, principalmente Marruecos, a donde fueron llevados por las expulsadas poblaciones árabes, quedando en el tiempo entre los andaluces actuales a través de los moriscos y mudéjares.
Buen testimonio etnográfico de este fotógrafo de Moguer, inquieto para que se conozca una herencia que ya el tiempo va borrando.
El clima continental de las tierras llanas onubenses, cálido en verano y frío en los meses de invierno, ha hecho perdurar en el tiempo unas características singulares en la vestimenta de los campesinos que, en la parte de su cabeza como protección ante las inclemencias del tiempo, -tanto para el frío como para el calor,- utilizan una especie de pañuelo grande llamado "pañolón de hierbas". Doblado en su mitad se coloca en la cabeza atado al cuello con un nudo. Es de color grisáceo y blanco en formación de cuadros pequeños. Hoy, casi en desuso está derivando, por cuestiones estéticas, hacia las celebraciones festivas, utilizándose mas por parte de los romeros o peregrinos de las romerías en las festividades religiosas, pero colocados al cuello o a la cintura.
Los agricultores que aún lo utilizan, como muy bien muestra la exposición de Francisco Naranjo, cubren su cabeza con este pañuelo y a su vez con la llamada gorra, elaboradas de tela y corta visera.
Casi sin dudas, este atuendo de protección de la parte superior del cuerpo, tiene su origen y reminiscencia en los vestidos que nos dejaron la presencia árabe en Andalucía. Vistos de una manera aislada, sin conocer su procedencia, y dado los rasgos arabiandaluces en la tez que aún mantienen los pobladores de estas tierras, se diferencian poco de aquellos que podamos observar por el norte de África, principalmente Marruecos, a donde fueron llevados por las expulsadas poblaciones árabes, quedando en el tiempo entre los andaluces actuales a través de los moriscos y mudéjares.
Buen testimonio etnográfico de este fotógrafo de Moguer, inquieto para que se conozca una herencia que ya el tiempo va borrando.
Fuente: Antonio Ramírez Almansa - Odiel Información (04 de Marzo, 2009)
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