La terna de matadores, integrada por Manuel Díaz "El Cordobés", Rivera Ordóñez y David Fandila "El Fandi", salió a hombros al término de la corrida celebrada ayer en esta localidad.La plaza registró tres cuartos de entrada, en tarde ventosa y con amenaza de lluvia. Se lidiaron tres toros de Diego Puerta -1º, 3º y 5º- y tres de Puerta Hermanos, de buen juego, destacando el 4º, premiado con la vuelta al ruedo.
Manuel Día "El Cordobés", dos orejas y dos orejas y rabo.
Francisco Rivera Ordóñez, silencio y dos orejas.
David Fandila "El Fandi", dos orejas y rabo, y dos orejas y rabo.
UNA VERGÜENZA Y UN DESATINO
Toros de DIEGO PUERTA y PUERTA HERMANOS, sin trapíos, chicos, descastados, mansos, parados y supuestamente manipulados en su integridad. Al cuarto se le premió con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Manuel Díaz El Cordobés, estocada (dos orejas); y estocada (dos orejas y rabo).
Rivera Ordóñez, tres pinchazos y entera (silencio); y pinchazo, estocada y descabello (dos orejas).
David Fandila El Fandi, estocada (dos orejas y rabo); y pinchazo hondo y descabello (dos orejas y rabo).
De las cuadrillas destacar a RAUL CORRALEJO en un magnífico para al primero de la tarde.
Toros de DIEGO PUERTA y PUERTA HERMANOS, sin trapíos, chicos, descastados, mansos, parados y supuestamente manipulados en su integridad. Al cuarto se le premió con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Manuel Díaz El Cordobés, estocada (dos orejas); y estocada (dos orejas y rabo).
Rivera Ordóñez, tres pinchazos y entera (silencio); y pinchazo, estocada y descabello (dos orejas).
David Fandila El Fandi, estocada (dos orejas y rabo); y pinchazo hondo y descabello (dos orejas y rabo).
De las cuadrillas destacar a RAUL CORRALEJO en un magnífico para al primero de la tarde.
Hay que hacer un esfuerzo de gran calado, para justificar el lamentable espectáculo vivido y sentido en la portátil instalada en ROCIANA, en la tarde ventosa y amenazante de lluvia, donde se acogía un cartel, de los conocidos por mediático, y que está comandado por EL CORDOBES y acompañado por RIVERA ORDOÑEZ y DAVID FANDILA EL FANDI.
Es cierto que cuando aquel simulacro de FIESTA daba por finalizada, descansábamos de tanto despropósito y vulgaridad, de unos matadores sin ilusión vulgares y sin tauromaquias que pudiera ofrecer algo de interés por todos.
La corrida de DIEGO PUERTA, además de no tener trapío y chica en demasía, carecía de casta, sin fuerza y mansa, y para que no faltara de nada, las astas no ofrecían su integridad, supuestamente manipuladas, aunque esto no lo podamos afirmar, sino presumir, por su apariencia. Con estas insignificantes reses, aquello era un remedo de corrida, entre el desatino de un lamentable festejo y la vergüenza de una afrenta de tan tamaña brutalidad, a lo que debe de ser la fiesta.
Toros mortecinos, sin ningún motor, parados, y cuando iba, todo era un pasar sin ningún tipo de dificultades, que garantizaba su alto grado de mansedumbre, uniendo la falta de presencia, que le restaba a la fiesta su gran verdad, el riesgo por encima de cualquier otra cuestión.
Los toreros ¡UNA VERGÜENZA! No hubo interés, mucha vulgaridad y los verdaderos culpables de tanto desatino. No vale la pena contar nada, porque nada fue de interés y todo un esperpento, amén del golpe bajo propinado a la fiesta.
Pero todo en la tarde fue igual, hasta el punto, que al cuarto medio toro, un descastado y manso ejemplar, se le premió con la vuelta al ruedo en el arrastre, es decir, hasta la presidencia estuvo cuajada de desaciertos y con una benevolencia de extremada generosidad.
Hay que corregir estos festejos y no “tomarle el pelo” al público, pero para eso está la AUTORIDAD COMPETENTE, que sabe poner en marcha un Reglamento Taurino, pero no tiene capacidad para hacerlo cumplir. Y para muestra un botón: Al salir EL FANDI de parar al sexto y para cumplirse el primer tercio, sin que entrara al caballo, solicitó el cambio, que el presidente llevó a cabo, con la “mala suerte de que entraba en el caballo” y señaló el picador un simulacro de la suerte de vara.
No hay más valoraciones, solo insistir, que el supuesto festejo, la antítesis de la fiesta, hay que abolirlo, y para ello, la AUTORIDAD COMPETENTE tiene que salir al paso de tanto desorden y abuso por partes de todos. La fiesta solo tiene un gran protagonista, EL PUBLICO, que es quien la mantiene y a la que hay que respetar, salvaguardar y no sorprenderla, y tras ellos, el TORO en integridad.
Es cierto que cuando aquel simulacro de FIESTA daba por finalizada, descansábamos de tanto despropósito y vulgaridad, de unos matadores sin ilusión vulgares y sin tauromaquias que pudiera ofrecer algo de interés por todos.
La corrida de DIEGO PUERTA, además de no tener trapío y chica en demasía, carecía de casta, sin fuerza y mansa, y para que no faltara de nada, las astas no ofrecían su integridad, supuestamente manipuladas, aunque esto no lo podamos afirmar, sino presumir, por su apariencia. Con estas insignificantes reses, aquello era un remedo de corrida, entre el desatino de un lamentable festejo y la vergüenza de una afrenta de tan tamaña brutalidad, a lo que debe de ser la fiesta.
Toros mortecinos, sin ningún motor, parados, y cuando iba, todo era un pasar sin ningún tipo de dificultades, que garantizaba su alto grado de mansedumbre, uniendo la falta de presencia, que le restaba a la fiesta su gran verdad, el riesgo por encima de cualquier otra cuestión.
Los toreros ¡UNA VERGÜENZA! No hubo interés, mucha vulgaridad y los verdaderos culpables de tanto desatino. No vale la pena contar nada, porque nada fue de interés y todo un esperpento, amén del golpe bajo propinado a la fiesta.
Pero todo en la tarde fue igual, hasta el punto, que al cuarto medio toro, un descastado y manso ejemplar, se le premió con la vuelta al ruedo en el arrastre, es decir, hasta la presidencia estuvo cuajada de desaciertos y con una benevolencia de extremada generosidad.
Hay que corregir estos festejos y no “tomarle el pelo” al público, pero para eso está la AUTORIDAD COMPETENTE, que sabe poner en marcha un Reglamento Taurino, pero no tiene capacidad para hacerlo cumplir. Y para muestra un botón: Al salir EL FANDI de parar al sexto y para cumplirse el primer tercio, sin que entrara al caballo, solicitó el cambio, que el presidente llevó a cabo, con la “mala suerte de que entraba en el caballo” y señaló el picador un simulacro de la suerte de vara.
No hay más valoraciones, solo insistir, que el supuesto festejo, la antítesis de la fiesta, hay que abolirlo, y para ello, la AUTORIDAD COMPETENTE tiene que salir al paso de tanto desorden y abuso por partes de todos. La fiesta solo tiene un gran protagonista, EL PUBLICO, que es quien la mantiene y a la que hay que respetar, salvaguardar y no sorprenderla, y tras ellos, el TORO en integridad.
Fuentes: burladerodos.com y toros.com-Cipriano Díaz (21 de Mayo, 2007)
No hay comentarios:
Publicar un comentario