El afectado salvó la vida pero quedó con importantes secuelas, por las que tiene un 99 por ciento de discapacidad y ha sido reconocido como gran inválido.
Un conductor ha reclamado una indemnización de 929.121 euros a los propietarios de una mula que, presuntamente, ocasionó un grave accidente de tráfico en febrero de 2004 en la carretera Utrera-Los Palacios (Sevilla), en el que resultó con graves lesiones.
El demandante es J.C.G., de 58 años, trabajador de la fresa y natural de Algodonales (Cádiz), que ha presentado su demanda civil en el juzgado de Utrera (Sevilla).
El accidente ocurrió a las 19.55 horas del 29 de febrero de 2004, cuando J.C.G. circulaba por la carretera A-362 Utrera-Los Palacios con un vehículo Seat Ibiza hacia su lugar de trabajo en Rociana del Condado (Huelva).
Su abogado, Fernando Osuna, ha informado hoy de que una mula se interpuso bruscamente en el sentido de circulación del vehículo, por lo que el conductor no pudo evitar la colisión.
El animal murió y el conductor sufrió graves heridas que lo mantuvieron ingresado durante 418 días en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla y en el Puerta del Mar de Cádiz.
El afectado salvó la vida pero quedó con importantes secuelas, por las que tiene un 99 por ciento de discapacidad y ha sido reconocido como gran inválido.
Por este accidente se celebró en el año 2005 un juicio de faltas en el que resultaron absueltos los dos dueños de la mula aunque el juez dejó abierta la posibilidad de entablar acciones civiles, que son las que se han presentado ahora.
El abogado considera que hubo una omisión del deber de cuidado en la custodia de las dos mulas, que los demandados guardaban en una finca sin cercado en varias zonas y por lo tanto con el riesgo de que los animales accediesen a fácilmente a la carretera, como así ocurrió.
Estos dos propietarios denunciaron el robo de una de sus mulas, pero Osuna afirma en su demanda que se trata de "un intento de eludir su responsabilidad mediante una falsa denuncia".
Así, recoge que dicha denuncia por robo se presentó al día siguiente del accidente, que los dueños no aportaron los tres candados supuestamente fracturados y que se contradijeron en el juicio sobre la manera en la que estaban rotos.
Fuente: Gaceta.es (2 de Enero, 2009)
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