lunes, 11 de mayo de 2009

Una familia de Rociana se 'planta' en la Audiencia para pedir Justicia

Un joven de 28 años falleció en un accidente de tráfico en la Motorada de 2007 al embestirlo un coche en La Granja · Aún están esperando una fecha para el juicio

La familia Jiménez Padilla lleva más de dos años esperando que se haga Justicia. Eso es lo único que quieren y que persiguen con ahínco desde hace muchos meses, desde que perdieron a su hijo Francisco Ángel, de 28 años, un joven del pueblo de Rociana del Condado (Huelva) que vino hasta Jerez hace dos años para disfrutar del ambiente de la motorada acompañado por un grupo de familiares y amigos.
Llevan tanto tiempo esperando alguna novedad sobre su caso que ayer se plantaron treinta personas en las puertas de la sede de la Audiencia Provincial para recibir alguna información y al menos se fueron sabiendo que el juicio que están esperando, y que se celebrará en el Juzgado de lo Penal 3, será probablemente a finales de este año. Lo peor de todo ha sido el tiempo que el caso ha estado en instrucción, durante más de dos años, que consideran que ha sido demasiado larga, como dice el tío del fallecido, Manuel Jiménez Soriano.
El terrible suceso, ocurrido en el fin de semana del Mundial del año 2007, lo tienen bien fresco en la memoria. Francisco Ángel estaba en la avenida Fernando Portillo disfrutando del ambiente de la motorada cuando un vehículo que era conducido por un jerezano que estaba presuntamente en estado de embriaguez entró sobre la una y media de la madrugada del domingo 25 de marzo por esa vía en sentido contrario, según indicaba la Policía Local en esas fechas. El coche embistió a dos turismos y a un ciclomotor. El joven de Huelva falleció en el acto y su amigo quedó muy mal. Los sueños de toda una vida se quedaron rotos porque pese al intento de reanimación de los servicios sanitarios, nada se pudo hacer.
"Lo que pedimos es Justicia y no sólo para nosotros, sino también para otras familias. Mi sobrino apenas unas horas en Jerez. Llevamos dos años viniendo aquí sin obtener respuestas. Este señor está ahora en la calle conduciendo su coche y sigue su vida, como si no hubiera pasado nada. Sentimos que esto es un cachondeo, como dijo Pacheco. Nosotros estamos ya enajenados y eso aparte el sufrimiento de la familia, porque mi hermano y mi cuñado están destrozados", afirma Jiménez. Entienden que los jueces deben ser imparciales, pero sienten que la maquinaria de la Justicia es muy lenta. El joven onubense dejó al morir cuatro hermanos, su abuela y sus padres, Fernando y Socorro, que están sufriendo mucho.
Fuente: Diario de Jerez (30 de Abril, 2009)

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